lunes, 29 de abril de 2013

Salmo 1

1:1 ¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,


1:2 sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!


1:3 Él es como un árbol
plantado al borde de las aguas, Jeremías 17, 8
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien. 


1:
No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento. 


1:
Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio,
ni los pecadores en la asamblea de los justos; 


1:
porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal.

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