lunes, 29 de abril de 2013

Salmo 7



7:1 Lamentación de David. La que cantó al Señor a propósito de Cus, el benjaminita. 

7:2 Señor, Dios mío, en ti me refugio:
sálvame de todos los que me persiguen; 

7:3 líbrame, para que nadie pueda atraparme
como un león, que destroza sin remedio. 

7:4 Señor, Dios mío, si cometí alguna bajeza,
o hay crímenes en mis manos; 

7:5 si he pagado con traición a mi amigo
o he despojado sin razón a mi adversario: 

7:6 que el enemigo me persiga y me alcance,
que aplaste mi vida contra el suelo
y deje tendidas mis entrañas en el polvo. 

7:7 Levántate, Señor, lleno de indignación;
álzate contra el furor de mis adversarios.
Despierta para el juicio que has convocado: 

7:8 que una asamblea de pueblos te rodee,
y presídelos tú, desde lo alto. 

7:9 El Señor es el Juez de las naciones:
júzgame, Señor, conforme a mi justicia
y de acuerdo con mi integridad. 

7:10 ¡Que se acabe la maldad de los impíos!
Tú que sondeas las mentes y los corazones,
tú que eres un Dios justo, apoya al inocente. 

7:11 Mi escudo es el Dios Altísimo,
que salva a los rectos de corazón. 

7:12 Dios es un Juez justo
y puede irritarse en cualquier momento. 

7:13 Si no se convierten, afilará la espada,
tenderá su arco y apuntará; 

7:14 preparará sus armas mortíferas,
dispondrá sus flechas incendiarias. 

7:15 El malvado concibe la maldad,
está grávido de malicia y da a luz la mentira.

7:16 Cavó una fosa y la ahondó,
pero él mismo cayó en la fosa que hizo: 

7:17 su maldad se vuelve sobre su cabeza,
su violencia recae sobre su cráneo. 

7:18 Daré gracias al Señor por su justicia
y cantaré al nombre del Señor Altísimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario