miércoles, 1 de mayo de 2013

Salmo 33


33:1 Aclamen, justos, al Señor:
es propio de los buenos alabarlo. 
33:2 Alaben al Señor con la cítara,
toquen en su honor el arpa de diez cuerdas; 
33:3 entonen para él un canto nuevo,
toquen con arte, profiriendo aclamaciones. 

33:4 Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
33:5 él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.
33:6 La palabra del Señor hizo el cielo,
y el aliento de su boca, los ejércitos celestiales;
33:7 él encierra en un cántaro las aguas del mar
y pone en un depósito las olas del océano.
33:8 Que toda la tierra tema al Señor,
y tiemblen ante él los habitantes del mundo;
33:9 porque él lo dijo, y el mundo existió,
él dio una orden, y todo subsiste. 

33:
10 El Señor frustra el designio de las naciones
y deshace los planes de los pueblos,
33:11 pero el designio del Señor
permanece para siempre,
y sus planes, a lo largo de las generaciones.
33:12 ¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se eligió como herencia!
33:13 El Señor observa desde el cielo
y contempla a todos los hombres;
33:14 él mira desde su trono
a todos los habitantes de la tierra;
33:15 modela el corazón de cada uno
y conoce a fondo todas sus acciones.
33:16 El rey no vence por su mucha fuerza
ni se libra el guerrero por su gran vigor;
33:17 de nada sirven los caballos para la victoria:
a pesar de su fuerza no pueden salvar.
33:18 Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
33:19 para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia. 

33:
20 Nuestra alma espera en el Señor:
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
33:21 Nuestro corazón se regocija en él:
nosotros confiamos en su santo Nombre.
33:22 Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti.

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