lunes, 6 de mayo de 2013

Salmo 53


53:1 Del maestro de coro. Poema de David. 

53:2 El necio se dice a sí mismo:
"No hay Dios".
Todos están pervertidos,
hacen cosas abominables,
nadie practica el bien. 

53:3 El Señor observa desde el cielo
a los seres humanos,
para ver si hay alguien que sea sensato,
alguien que busque a Dios. 

53:4 Todos están extraviados,
igualmente corrompidos;
nadie practica el bien,
ni siquiera uno solo. 

53:5 ¿Nunca aprenderán los malvados,
los que devoran a mi pueblo
como si fuera pan,
y no invocan al Señor? 

53:6 Ellos temblaron de espanto
donde no había nada que temer;
Dios ha dispersado los huesos de tus agresores:
tú los has confundido, porque Dios los rechazó. 

53:7 ¡Ojalá venga desde Sión
la salvación de Israel!
Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo,
se alegrará Jacob,
se regocijará Israel.

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