lunes, 6 de mayo de 2013

Salmo 57


57:1 Del maestro de coro. "No destruyas". 
De David. Mictán. Cuando, huyendo de Saúl, se escondió en la cueva. 

57:2 Ten piedad de mí, Dios mío, ten piedad,
porque mi alma se refugia en ti;
yo me refugio a la sombra de tus alas
hasta que pase la desgracia. 

57:3 Invocaré a Dios, el Altísimo,
al Dios que lo hace todo por mí: 

57:4 él me enviará la salvación desde el cielo
y humillará a los que me atacan.
¡Que Dios envíe su amor y su fidelidad! 

57:5 Yo estoy tendido en medio de leones
que devoran con avidez a los hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua, una espada afilada. 

57:6 ¡Levántate, Dios, por encima del cielo,
y que tu gloria cubra toda la tierra! 

57:7 Ellos tendieron una red a mi paso,
para que yo sucumbiera;
cavaron una fosa ante mí,
pero cayeron en ella. 

57:8 Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar al son de instrumentos: 

57:9 ¡despierta, alma mía!
¡Despierten, arpa y cítara,
para que yo despierte a la aurora! 

57:10 Te alabaré en medio de los pueblos, Señor,
te cantaré entre las naciones, 

57:11 porque tu misericordia se eleva hasta el cielo
y tu fidelidad hasta las nubes.

57:12 ¡Levántate, Dios, por encima del cielo,
y que tu gloria cubra toda la tierra!

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