martes, 7 de mayo de 2013

Salmo 63


63:1 Salmo de David. Cuando estaba en el desierto de Judá. 

63:2 Señor, tú eres mi Dios,
yo te busco ardientemente;
mi alma tiene sed de ti,
por ti suspira mi carne
como tierra sedienta, reseca y sin agua. 

63:3 Sí, yo te contemplé en el Santuario
para ver tu poder y tu gloria. 

63:4 Porque tu amor vale más que la vida,
mis labios te alabarán. 

63:5 Así te bendeciré mientras viva
y alzaré mis manos en tu Nombre. 

63:6 Mi alma quedará saciada
como con un manjar delicioso,
y mi boca te alabará
con júbilo en los labios. 

63:7 Mientras me acuerdo de ti en mi lecho
y en las horas de la noche medito en ti, 

63:8 veo que has sido mi ayuda
y soy feliz a la sombra de tus alas. 

63:9 Mi alma está unida a ti,
tu mano me sostiene. 

63:10 Que caigan en lo más profundo de la tierra
los que buscan mi perdición; 

63:11 que sean pasados al filo de la espada
y arrojados como presa a los chacales. 

63:12 Pero el rey se alegrará en el Señor;
y los que juran por él se gloriarán,
cuando se haga callar a los traidores.

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