martes, 7 de mayo de 2013

Salmo 64

64:1 Del maestro de coro. Salmo de David. 

64:2 Dios mío, escucha la voz de mi lamento,
protégeme del enemigo temible. 


64:3 Apártame de la conjuración de los malvados,
de la agitación de los que hacen el mal. 


64:4 Ellos afilan su lengua como una espada
y apuntan como flechas sus palabras venenosas, 


64:5 para disparar a escondidas contra el inocente,
tirando de sorpresa y sin ningún temor. 


64:6 Se obstinan en sus malos propósitos
y esconden sus trampas con astucia,
pensando: "¿Quién podrá verlo?"


64:7 Proyectan maldades y disimulan sus proyectos:
su interior es un abismo impenetrable.


64:8 Pero Dios los acribilla a flechazos
y quedan heridos de improviso; 


64:9 su misma lengua los lleva a la ruina,
y aquellos que los ven mueven la cabeza. 


64:10 Por eso, todos los hombres sentirán temor:
proclamarán esta obra de Dios
y reconocerán lo que él hizo. 


64:11 El justo se alegrará en el Señor
y encontrará un refugio en él;
y se gloriarán todos los rectos de corazón.

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