martes, 14 de mayo de 2013

Salmo 92


92:1 Salmo. Canto. Para el día sábado. 

92:2 Es bueno dar gracias al Señor,
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre; 

92:3 proclamar tu amor de madrugada,
y tu fidelidad en las vigilias de la noche, 

92:4 con el arpa de diez cuerdas y la lira,
con música de cítara. 

92:5 Tú me alegras, Señor, con tus acciones,
cantaré jubiloso por la obra de tus manos. 

92:6 ¡Qué grandes son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios! 

92:7 El hombre insensato no conoce
y el necio no entiende estas cosas. 

92:8 Si los impíos crecen como la hierba
y florecen los que hacen el mal, 
es para ser destruidos eternamente: 

92:9 tú, en cambio, eres el Excelso para siempre.
92:10 Mira, Señor, cómo perecen tus enemigos
y se dispersan los que hacen el mal. 

92:11 Pero a mí me das la fuerza de un toro salvaje
y me unges con óleo purísimo. 

92:12 Mis ojos han desafiado a mis calumniadores,
mis oídos han escuchado
la derrota de los malvados. 

92:13 El justo florecerá como la palmera,
crecerá como los cedros del Líbano: 

92:14 trasplantado en la Casa del Señor,
florecerá en los atrios de nuestro Dios. 

92:15 En la vejez seguirá dando frutos,
se mantendrá fresco y frondoso, 

92:16 para proclamar qué justo es el Señor,
mi Roca, en quien no existe la maldad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario