martes, 7 de mayo de 2013

Salmo 62


62:1 Del maestro de coro. Al estilo de Iedutún. Salmo de David. 

62:
2 Sólo en Dios descansa mi alma,
de él me viene la salvación.
62:3 Sólo él es mi Roca salvadora,
él es mi baluarte: nunca vacilaré.
62:4 ¿Hasta cuándo se ensañarán con un hombre
para derribarlo entre todos,
como si fuera un muro inclinado
o un cerco que está por derrumbarse?
62:5 Sólo piensan en menoscabar mi dignidad
y se complacen en la mentira;
bendicen con la boca
y maldicen con el corazón.
62:6 Sólo en Dios descansa mi alma,
de él me viene la esperanza.
62:7 Sólo él es mi Roca salvadora,
él es mi baluarte: nunca vacilaré.
62:8 Mi salvación y mi gloria
están en Dios:
él es mi Roca firme,
en Dios está mi refugio. 

62:9 Confíen en Dios constantemente,
ustedes, que son su pueblo;
desahoguen en él su corazón,
porque Dios es nuestro refugio.
62:10 Los hombres no son más que un soplo,
los poderosos son sólo una ficción:
puestos todos juntos en una balanza,
pesarían menos que el viento.
62:11 No se fíen de la violencia,
ni se ilusionen con lo robado;
aunque se acrecienten las riquezas,
no pongan el corazón en ellas.
62:12 Dios ha dicho una cosa,
dos cosas yo escuché:
que el poder pertenece a Dios,
62:13 y a ti, Señor, la misericordia.
Porque tú retribuyes a cada uno
según sus acciones

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