martes, 7 de mayo de 2013

Salmo 59


59:1 Del maestro de coro. "No destruyas". De David. Mictán. 
Cuando Saúl dio orden de vigilar su casa para matarlo. 

59:2 Líbrame de mis enemigos, Dios mío,
defiéndeme de los que se levantan contra mí;
59:3 líbrame de los que hacen el mal
y sálvame de los hombres sanguinarios.
59:4 Mira cómo me están acechando:
los poderosos se conjuran contra mí;
sin rebeldía ni pecado de mi parte, Señor,
59:5 sin culpa mía, se disponen para el ataque.
Despierta, ven a mi encuentro y observa,
59:6 Señor de los ejércitos, Dios de Israel:
levántate para castigar a las naciones,
no tengas compasión de los traidores. Pausa
59:7 Vuelven al atardecer, aullando como perros,
y recorren la ciudad.
59:8 Mira cómo sueltan sus lenguas,
hay puñales en sus labios,
y dicen: "¿Quién nos va a oír?"

59:9 Pero tú, Señor, te ríes de ellos
y te burlas de todos los paganos.
59:10 Yo miro hacia ti, fuerza mía,
porque Dios es mi baluarte;
59:11 él vendrá a mi encuentro con su gracia
y me hará ver la derrota de mis enemigos. 

59:12 Quítales la vida, Dios mío,
y que mi pueblo no lo olvide:
dispérsalos y derríbalos con tu poder,
tú, Señor, que eres nuestro escudo.
59:13 Cada palabra que pronuncian
es un pecado en su boca;
¡queden atrapados en su orgullo,
por las blasfemias y mentiras que profieren!
59:14 Extermínalos con tu furor,
extermínalos y que no existan más:
así se sabrá que Dios gobierna en Israel
y hasta los confines de la tierra. Pausa
59:15 Vuelven al atardecer, aullando como perros,
y recorren la ciudad:
59:16 vagan en busca de comida;
mientras no se sacian, siguen ladrando. 

59:
17 Pero yo cantaré tu poder,
y celebraré tu amor de madrugada,
porque tú has sido mi fortaleza
y mi refugio en el peligro.
59:18 ¡Yo te cantaré, fuerza mía,
porque tú eres mi baluarte,
Dios de misericordia!

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