martes, 14 de mayo de 2013

Salmo 86

86:1 Oración de David. 
Inclina tu oído, Señor, respóndeme,
porque soy pobre y miserable; 


86:2 protégeme, porque soy uno de tus fieles,
salva a tu servidor que en ti confía. 


86:3 Tú eres mi Dios: ten piedad de mí, Señor,
porque te invoco todo el día; 


86:4 reconforta el ánimo de tu servidor,
porque a ti, Señor, elevo mi alma. 


86:5 Tú, Señor, eres bueno e indulgente,
rico en misericordia con aquellos que te invocan: 


86:6 ¡atiende, Señor, a mi plegaria,
escucha la voz de mi súplica! 


86:7 Yo te invoco en el momento de la angustia,
porque tú me respondes. 


86:8 No hay otro dios igual a ti, Señor,
ni hay obras como las tuyas. 


86:9 Todas las naciones que has creado
vendrán a postrarse delante de ti,
y glorificarán tu Nombre, Señor, 


86:10 porque tú eres grande, Dios mío,
y eres el único que hace maravillas. 


86:11 Indícame tu camino, Señor,
para que yo viva según tu verdad;
orienta totalmente mi corazón
al temor de tu Nombre. 


86:12 Te daré gracias, Dios mío, de todo corazón,
y glorificaré tu Nombre eternamente; 


86:13 porque es grande el amor que me tienes,
y tú me libraste del fondo del Abismo. 


86:14 Dios mío, los orgullosos se levantaron contra mí,
y una banda de forajidos atenta contra mi vida
sin preocuparse para nada de ti. 


86:15 Pero tú, Señor, Dios compasivo y bondadoso,
lento para enojarte, rico en amor y fidelidad, 


86:16 vuelve hacia mí tu rostro y ten piedad de mí;
fortalece a tu servidor,
salva al hijo de tu servidora. 


86:17 Dame una prueba de tu bondad,
para que mis adversarios queden confundidos,
al ver que tú, Señor, eres mi ayuda y mi consuelo.

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